Los teléfonos móviles son un objeto de deseo cada vez más universal y ya no hay que ser apasionado de la tecnología para interesarse por qué pantalla, procesador o sistema operativo cargan. El acercamiento a los smartphones con el ánimo de tomar una decisión de compra que no se base únicamente en el precio, pasa por conocer cómo están construidos. Vistos desde fuera, todos los terminales son parecidos: tienen una pantalla, iconos en el escritorio, algunos teclado, funcionan con una batería… Pero hay otras características que no se ven tanto, y que empiezan a cobrar relevancia a medida que la tecnología progresa. Son las relacionadas con «las tripas» de los dispositivos móviles, sobre todo de los smartphones, pero también se aplica a las tabletas y por extensión a los Ultrabooks y portátiles. En los primeros teléfonos inteligentes , ya fueran Android, Symbian, BlackBerry, Windows Mobile o iOS, el procesador o las tecnologías aceleradoras de gráficos empleadas en su const