Después de pelear en escenarios europeos durante la Segunda Guerra Mundial, John Pistone fue uno de los soldados estadounidenses que irrumpieron en la casa de Adolf Hitler enclavada en los Alpes bávaros cuando la guerra tocaba su fin. "Realmente era maravilloso estar allí y saber que él (Hitler) estaba en las últimas", dijo Pistone a The Associated Press.En el interior de la finca cercana a Berchtesgaden, Alemania, Pistone vio una mesa con estanterías abajo. Entusiasmado por la certeza de la victoria sobre los nazis, recogió un álbum con fotografías de pinturas, como recuerdo. Sesenta y cuatro años después de traer el álbum a su casa de Ohio, el ex soldado que hoy tiene 87 años conoció su verdadero significado: es parte de una serie recopilada por Hitler con obras de arte que quería para su "Fuehrermuseum", un museo planeado en Linz, Austria. El álbum de Pistone será devuelto formalmente a Alemania en enero, durante una ceremonia en el Departamento de Estado norteam