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Un reputado astrónomo analiza en su nuevo libro la validez de la profecía maya sobre 2012

Denver, 2 dic (EFE).- El destacado astrónomo y antropólogo Anthony Aveni explora en su nuevo libro el misterio de la profecía maya sobre el año 2012 y el atractivo que las interpretaciones cataclísmicas tienen para el público estadounidense de hoy.

Conocido como uno de los padres del campo de la arqueoastronomía, Aveni combina en su obra la investigación arqueológica y la astronómica para aproximarse al conocimiento precolombino mesoamericano.

Escrito para el público general, "The end of Time" explora muchas de las teorías apocalípticas que circulan en torno al supuesto fin del tiempo en 2012, destacando su origen, difusión y atractivo aún para el público sofisticado del siglo XXI.

En la introducción, Aveni cuenta que la idea de escribir sobre el fenómeno "Y12" como le llama, surgió de una correspondencia electrónica que sostuvo con un adolescente canadiense quien le escribió muy preocupado por las teorías de destrucción en base a la supuesta profecía maya.

El tono urgente de los mensajes del joven hicieron no sólo que el arqueoastrónomo le contestara, sino que impulsó a ambos a investigar las teorías que circulaban en torno a 2012.

Al ir leyendo al respecto, Aveni se dio cuenta de que aunque abundaban las teorías e interpretaciones, uno de los aspectos menos estudiados era por qué resultaba tan llamativa hoy día la creencia de una civilización tan remota como la maya, de la cual en realidad se sabe tan poco.

¿Qué sucederá el 21 de diciembre de 2012, fecha en la cual culmina el calendario maya en cuenta larga regresando a cero?, se plantea el autor.

En su entretenido y bien documentado libro, Aveni desacredita con evidencia científica los rumores de destrucción y catástrofe que acompañan la fecha en la imaginación popular y explica lo que ésta podría haber significado para el pueblo maya y lo que significa para nosotros hoy.

Aveni explica que la civilización maya concebía el tiempo como cíclico, lo cual también coincide con una concepción mítica del tiempo.

Según expone, la escatología, esa parte de la religión que trata sobre el fin del mundo, distingue dos doctrinas temporales: la mítica y la histórica.

Las creencias apocalípticas de tradición judeocristiana, explica Aveni, se sitúan en ésta última ya que responden a un concepto lineal del tiempo.

En cambio, los mayas concebían el tiempo en grandes ciclos que terminan e inician con cambios significativos en los períodos de transición.

De ahí el temor asociado con el final de un ciclo y el comienzo de otro, como anticipan los mayas para fines del 2012.

Sin embargo, Aveni explica que las inscripciones mayas relacionadas a la profecía deberían comprenderse más como un mecanismo para preservar el poder político y la estabilidad que como una profecía literal.

Los mayas, afirma Aveni, comprendían perfectamente el capital político y religioso que provenía de poder predecir lo que iba a suceder en base al estudio de los astros.

No es raro que al comprender esto, explica, los maya hubieran dedicado tanto empeño a estudiar los cuerpos celestes y a pronosticar con gran precisión acontecimientos astronómicos.

La interrogante que perdura a lo largo del texto es qué relevancia podría tener el fin de un ciclo calendario de una civilización remota y poco conocida para la gente de un país tecnológicamente avanzado como EEUU en pleno siglo XXI.

El autor señala que en EEUU existe una fuerte corriente anticientífica, en la cual las teorías apocalípticas encuentran refugio.

Según el autor, las teorías cataclísmicas del Y12 y otras que les han precedido tienen en común la creencia en un conocimiento escondido al cual tienen acceso unos pocos privilegiados.

Esta creencia, explica Aveni, es uno de los pilares del agnosticismo de los primeros siglos del cristianismo y su legado perdura aún en la imaginación popular de nuestros días.

El tono del libro revela un genuino interés por parte del autor no tanto en refutar como científico las creencias populares, sino en examinar como antropólogo el porqué perduran en nuestros días.

En su estudio, Aveni concluye que bajo esa corriente anticientífica estadounidense, donde sitúa desde el evangelicalismo hasta las ideas de la nueva era, se esconde un deseo de conocimiento casi místico de acercarse a lo desconocido y quizás también un impulso escapista hacia lo esotérico, lo inexplicable.

También, añade el autor, el pensamiento puritano estadounidense ha programado al pueblo a sentirse en quiebra moral y necesariamente en busca de renovación, lo cual contribuye al atractivo de un tiempo cíclico con sus conclusiones e inicios.

A fin de cuentas, el libro de Aveni termina explorando más a fondo la sociedad estadounidense actual y su obsesión por la profecía y las teorías cataclísmicas que el pensamiento maya en el cual se basan.

(THE END OF TIME The Maya Mystery of 2012. Anthony Aveni. University Press of Colorado. 182 páginas).

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