En Oriente Medio, una región desgraciadamente famosa por ser una de las zonas más conflictivas del mundo, se encuentra el diminuto país de Bahréin, en pleno Golfo Pérsico, que ha resultado ser uno de los lugares más agradables para trabajar.
Este es el sorprendente resultado de una nueva encuesta realizada a 3100 expatriados, por encargo del banco HSBC. En uno de los aspectos más importantes, la rapidez con la que los expatriados y sus familias lograban acomodarse a una nueva vida, este país se ha ganado el primer puesto de la lista. Los expatriados le han dado buena nota por la facilidad de acceso a un sistema sanitario moderno, una vivienda decente y a buen precio, y una red de grupos sociales abierta a los expatriados.
Canadá, que el año pasado ocupaba ese primer puesto, en esta edición ha quedado relegada al segundo puesto en la valoración de la integración, que concretamente mide la facilidad con la que los extranjeros y sus familias se adaptan a la vida en el país. Australia, Tailandia y Malasia cerraban el grupo de los cinco mejores países para los expatriados. Los trabajadores extranjeros que llegan a estos países hacen amigos con facilidad y afirman que disfrutan de una mejor calidad de vida que en sus propios países de origen.
Sin embargo, es posible que el primer puesto de Bahréin sea una simple casualidad: en este estudio participaron apenas 31 expatriados en Bahréin, frente a los 450 del Reino Unido, por ejemplo. Bahréin ha obtenido la mejor puntuación por la facilidad de los expatriados para entrar en grupos locales y por su fácil acceso a los servicios sanitarios. Según los encuestados, en este país no es fácil hacer amigos del país ni aprender los idiomas (árabe, farsi y urdu), pero el país es de los cinco mejores en cuanto a la facilidad para encontrar una casa, organizar la economía y encontrar buenos colegios.
Los Emiratos Árabes Unidos y el Reino Unido recibieron puntuaciones muy bajas en la escala de integración. Para los expatriados de los Emiratos, es difícil entrar en grupos locales: tan solo el 39% de los encuestados tenían amistades del país, frente al 76% de los encuestados residentes en otros países. Los trabajadores extranjeros residentes en Inglaterra, por su parte, se quejaban de la dificultad de encontrar una vivienda a un precio aceptable.
Suzanne Garber, directora general de operaciones para la región de América de International SOS, una empresa dedicada al suministro de asistencia médica y logística a empleados de ultramar, afirma que este tipo de encuestas proporciona a los posibles futuros expatriados una visión general de lo que supone vivir en distintos países.
Sin embargo, afirma que el principal indicador de que la tarea del expatriado tendrá éxito, es la vida familiar. Muchas misiones en ultramar concluyen antes de lo previsto porque la familia del empleado no logra asentarse en el nuevo país y tiene dificultades para resolver cuestiones de la vida diaria, como renovar las recetas médicas, conducir por la ciudad o hacer gestiones en las comisarías locales.
"Las preocupaciones son siempre las mismas, da igual el país -afirma Garbe-. Lo importante es asegurarse de que la vida familiar sea estable y segura."
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