Alguna vez ya hemos hablado de los beneficios que nos aporta dormir bien, así como de los consejos imprescindibles para conseguir un sueño reparador, pero aunque conocemos bien la teoría, muchas veces nos falla en la práctica el no disponer de tiempo suficiente para dedicarlo al descanso.
Cuando pensamos en ponernos en forma inmediatamente nos vienen a la cabeza una buena alimentación y el ejercicio, pero también es igual de importante dormir un mínimo de 7 horas cada noche (si son 8 todavía mejor), por lo que conseguirlo va a ser otro de nuestros propósitos para este 2013.
Una reflexión personal
¿De dónde nos podemos “quitar” tiempo para regalárselo al sueño? Esta es una pregunta que requiere una reflexión personal ya que dependerá mucho de lo que hacemos a diario, de nuestras costumbres y preferencias.
Antes de responder, observa tu comportamiento durante unos días, distinguiendo entre las tareas de las que no puedes prescindir (sea por obligación o porque te encantan) y los momentos en que puedes tener incluso la sensación de que estás perdiendo el tiempo.
Más de una vez me he encontrado alargando el rato de televisión viendo cosas que realmente no me interesan o intentando trabajar y estudiar hasta tarde con un rendimiento pésimo y distrayéndome hasta con una mosca que pasa. ¡Mejor irse a la cama! Por la mañana con la cabeza despejada las cosas salen más rápidas y mejor.
Lo importante es ser plenamente conscientes de que necesitamos descansar y tenerlo presente en esos ratos “malgastados” para elegir correctamente.
Yo por ejemplo me pongo a navegar por internet, leer blogs, curiosear en las redes sociales y pierdo la noción del tiempo. Así que cuando estoy en ello, ahora controlo que ocupe un rato libre previamente determinado, para no retrasar otras cosas imprescindibles, que al final pueden acabar restándome horas de sueño.
¿Cómo organizarnos mejor?
Tampoco se trata de vivir como robots todo el día para acostarnos temprano, todos necesitamos nuestros momentos de relax (bendita siesta), tiempo para pasar con nuestros amigos o realizar actividades que nos gustan, y a veces no llegamos a todo simplemente porque necesitamos organizarnos mejor.
Un truco que leí hace años (aunque no recuerdo dónde) que me funciona fenomenal es que todo lo que se puede hacer inmediatamente, si requiere menos de dos minutos ¡Hay que hacerlo inmediatamente! A veces dedicamos un montón de energía a los “Tengo que…” cuando pueden resolverse en un instante y dejarnos vía libre para olvidarnos del tema.
Eso sí, siempre al acabar una tarea o antes de empezar otra. Hay a quién le funciona lo de hacer mil cosas a la vez, pero yo si no me centro en lo que estoy haciendo tardo muchísimo más tiempo y soy mucho menos eficiente, así que me apunto todo en la agenda, para que no me estorbe en la mente, y voy realizando y tachando. He ganado muchísimo tiempo así.
Quién dice agenda, dice también App, aunque yo a veces soy algo antigua y prefiero la de papel, hayaplicaciones que nos facilitan la vida como Remember The Milk o Wunderlist que permite hacer listas de todo tipo e incluso compartirlas.
También existen algunas técnicas con las que aprender a administrar el tiempo mejor. A mí antes me costaba bastante centrarme y me ayudó mucho a conseguirlo la técnica Pomodoro, que consiste en realizar periodos de trabajo de 25 minutos en los que no se permite ninguna distracción, con sus correspondientes descansos, de 5 o 15 minutos, dependiendo de los intervalos completados que llevemos.
Aunque a veces la multitarea si viene bien, como cuando entreno con la elíptica y aprovecho para repasar vídeos de estudio o ver algún documental que me interesa.
Seguro que si prestáis atención se os ocurren muchas formas de sacar al tiempo el máximo partido, para poder dormir tranquilamente y las horas necesarias todas las noches.
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