Bastaron sólo 10 minutos para que la inauguración de los Juegos Olímpicos de Sochi sufrieran su primera falla. Durante la ceremonia aparecieron en el horizonte una especie de soles que lentamente se expandían para formar los cinco aros olímpicos.
Sin embargo, uno de ellos no funcionó, permaneció cerrado en la posición inicial, y el logo de la justa olímpica quedó incompleto. La tecnología le jugó una mala pasada a los organizadores de la justa deportiva.
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