Sunniva Geertinger quedó desconsolada cuando su novio se suicidó este año. Para agravar la situación, la cuenta de él en Facebook resultó imposible de cancelar y se sentía abrumada con los mensajes que seguían llegando de contactos que ignoraban que había muerto y por las fotos del pasado común.
My Webwill se lanzará a prueba en Suecia y en Estados Unidos este mes para expandirse a Gran Bretaña y Alemania a comienzos del año próximo. Una versión mejorada se anticipa para mayo, con vigencia en más países.Hasta ahora, había pocos medios para controlar la vida virtual después de la muerte. Pero un nuevo sitio de internet ofrece un servicio para manejar el correo electrónico y las cuentas de redes sociales de los fallecidos.
Los usuarios pueden escribir un testamento digital con instrucciones de lo que quieren hacer con sus cuentas de correo electrónico y redes de contacto social después de morir. Actualmente un perfil en Facebook, por ejemplo, puede permanecer activo mucho después de la muerte de su creador. En algunos casos se convierten en tableros de mensajes de condolencias o incluso chismes, contra los deseos de los deudos.
"Prácticamente todos conocen a alguien que murió y cuyo blog permanece allí o cuyo perfil de Facebook sigue enviando sugerencias de amistades", dijo Lisa Granberg, cofundadora de My Webwill.
"Los sobrevivientes tienen muchas dificultades para hacer algo al respecto", agregó.
Un puñado de servicios, como Legacy Locker, Deathswitch y Slightly Morbid, incursionan en la vida virtual después de la muerte enviando correos póstumos a familiares y amigos. Pero Granberg y su cofundadora y amiga de la infancia Elin Tybring dicen que My Webwill es el único que entra en las cuentas y las maneja siguiendo los últimos deseos de sus dueños.
El servicio básico es gratuito e incluye la desactivación de diez cuentas en Internet y la opción de enviar hasta cinco correos electrónicos escritos por el cliente. Un servicio preferencial, a un costo de 29 dólares anuales (199 coronas suecas) o 290 dólares (1.999 coronas) por una suscripción de por vida, ofrece un manejo más detallado de los perfiles en las redes de contacto social como también un número ilimitado de correos electrónicos póstumos y de desactivación de cuentas.
Geertinger, de Estocolmo, dijo que estaba atormentada por no poder cerrar la cuenta de Facebook de su novio suicida. "Para poder seguir con mi vida no quería que estuviera más allí". Facebook finalmente cerró la cuenta después que la muchacha se pasó semanas enviando correos electrónicos a la compañía. Pero la acción es inusual y va contra los procedimientos regulares de la empresa.
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