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13 temas para conversar antes de vivir juntos

¿Decidieron vivir en pareja? ¡Esperen un momento! Antes de empezar a compartir casa y sustento, tómense el tiempo de hablar sobre algunos temas que podrían arruinar su relación. Dialoguen abiertamente, negocien y hagan acuerdos. A la larga, una buena conversación puede evitar que el amor se convierta en pesadilla.


Sexo. Muy pocas parejas viven su sexualidad con la frecuencia y la intensidad que necesitan. Hablen sobre ello sin falsos pudores y sean tan específicos como sea necesario. Definan gustos y disgustos, hablen del ritmo, el estilo, el modo, e incluso el momento del día en el que se sienten más dispuestos. Una diferencia de horario puede resultar problemática.


Tareas del hogar. Asumir que el otro debe cumplir con “las labores propias de su sexo” está bien si deciden replicar el modelo de pareja del siglo XIX. Actualmente, es necesario discutir sobre las responsabilidades que cada uno desea asumir para mantener el orden y la limpieza de la casa. Establezcan tareas precisas y equitativas, y respétenlas. No dejen nada al azar, justamente por ahí nos fugamos a los estereotipos del pasado.


Cuidado personal. Dormir suficiente, comer sano, ejercitarse y estar dispuesto a tomar una terapia cuando sea necesario, son aspectos indispensables para mantener la armonía de la pareja. Cuidarse mutuamente no es hacerse cargo del otro, sino apoyarlo en su rutina de salud y cuidado personal.


Trabajo. El trabajo significa algo distinto para cada persona. El tiempo y el esfuerzo que le dediquemos van en función del sentido que le damos. Suele ocurrir que al empezar a vivir juntos, uno descubre que “odia” el trabajo del otro porque le "roba" tiempo de convivencia. Planteen lo que están dispuestos a negociar y lo que no, sobre todo si pretenden tener hijos.


Fiesta. Cuando se proyecta una vida de pareja es necesario hacer algunos ajustes en los horarios de las salidas, así como en la cantidad de alcohol o de drogas (si es que las usan). Pongan algunos parámetros: ¿cuánto es suficiente, cuánto es demasiado, cuándo se convierte en un problema, cuándo han pasado el límite, qué vamos a hacer si eso ocurre?


Conflictos. Es probable que ya sepan la forma en que cada quien maneja el conflicto. Si no, hagan un ejercicio de observación. ¿Aguantan hasta que explotan, prefieren evadirlo, se ponen a la defensiva, se victimizan? Saber cómo actuamos ante el conflicto nos permite resolver problemas desde la empatía y evita que reaccionemos desde los esquemas inconscientes.


Tiempo libre. “Saliste temprano de la oficina. Yo habría esperado que me llamaras para ir juntos al cine, pero te fuiste con tus amigotes”. ¿Les suena familiar? Hablen sobre lo que desean hacer con su tiempo libre antes de que se convierta en crisis. Eso ayuda a delinear la actitud que esperan del otro. Pase lo que pase, reserven un tiempo a la semana para salir ustedes dos solos.


Fidelidad. Es importante saber si ambos tienen a la fidelidad como uno de los pilares de la relación. Pueden acordar exclusividad emocional pero no sexual, pueden poner reglas más tradicionales y pedir exclusividad al 100%, pueden decir: ojos que no ven, corazón que no siente... Hagan lo que hagan, definan que entienden por “ser fiel”, “engañar”, “traicionar”. Eso incluye el tiempo que uno pasa con los amigos, sobre todo si son del sexo opuesto....


Dinero. Es necesario hablar abiertamente sobre el rol que uno quiere asumir dentro de la economía de pareja. De manera implícita, ese rol conlleva las expectativas que uno tiene del otro. Ejemplo: quiero que los dos seamos proveedores, eso implica que las tareas de limpieza se repartan por igual. También es necesario hablar de la idea misma que tienen del dinero, cómo lo gastaban antes y qué actitudes tienen que cambiar en un nuevo esquema de ...


Religiosidad. Aunque hayan sido formados en la misma religión, no siempre la viven de la misma forma. Honestamente, ¿son capaces de respetar las creencias y la devoción del otro? ¿Sí, no, hasta dónde?


Hijos. Primero hay que conversar si los hijos están dentro de los planes. Si no, hablen de sus motivos abiertamente. Si sí: ¿cuándo, cómo, por qué, en qué condiciones? Temas importantes: métodos anticonceptivos y crianza. No den nada por sentado, hablen de sus necesidades y planteen sus expectativas con honestidad. Tengan en cuenta los cambios de alimentación, de ritmo de trabajo, las responsabilidades y la filosofía de pareja que van a adoptar...


Tu familia, mi familia. Uno tiene que asumir que cuando se empareja, en mayor o menor medida, también se empareja con la familia. Evalúen cuánto tiempo desean pasar con ellos, si van a salir de vacaciones o no, y qué límites hay que poner para evitar que la familia se convierta en un problema.


El futuro. ¿Qué entienden por el futuro? ¿De cuántos años están hablando? ¿Cuánto dura? ¿Cómo es? ¿Qué van a hacer cuando estén ahí? ¿Qué compromisos implica hacer ese viaje juntos? Mejor aún: ¿les interesa pensar en el futuro? Eso nos devuelve a una pregunta más profunda: en serio, ¿por qué quieren vivir juntos, es la repetición de un esquema, es "lo que toca", o es porque desean construir algo entre los dos?


Una cosa es el amor y otra cosa es la relación. La primera no tiene que ver con el tiempo cronológico. La segunda, en cambio, está tejida en cada acto cotidiano, en los minutos de camino al trabajo, en el salario a fin de mes, en la relación con los suegros, en las medicinas que compras cuando el otro se enferma. Saber distinguirlas es importante. Por eso, antes de lanzarse a la aventura, hablen todo lo que sea necesario.


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